Se asomó a una via
como quien se asoma
por el borde de la bañera,
o al alféizar de la ventana.
Se asomó para comprobar
si era la suya,
porque no lo tenía nada claro,
y temía que se le hubiese caído
al vacío.
Había oído algo precipitarse
pero no sabía si era suyo
o de otra.
Tampoco lo veía bien
desde ahí arriba.
Tendría que bajar
sin ninguna gana.
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