Lanzar la colilla a un charco
supone un acto en sí mismo.
Un mensaje más que un acto.
Un automensaje grabado
en lo efímero del espacio-tiempo
que describe una parábola
en lo más bajo del cielo.
Lanzar la colilla a un charco.
Pocas cosas más hastiadas,
desatadas,
descarnadas,
demonizadas.
No necesitas que sea real
si la actitud del ánimo es tal cual
lanzar la colilla a un charco.
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