Llegó la luz de marzo, maricón,
resquebrajando lo que alguien selló.
Las chicas hoy saltarán a la pista
volviendo mudos los ácidos huecos
donde hace poco la cabra baló.
Los burros podridos son putrefactos.
Les ponen en evidencia sus actos.
Bullying y escarnio a pasión encendida
inflingida a un pobre perro agonizante
buscando el amor en oscuros antros.
Un ruido atroz de monos en batalla
vocifera lo que ya nadie calla.
Es un laico y violento apocalipsis.
Es fragua ardiente en multitud de bocas
que se filtra en los muros y los cala.
Las momias que a la fuerza me custodian
son más descaradas que sus parodias.
No pretendas buscar angustia aquí.
No rebusques en la tinta esperándola.
El estallido no está en urna sorda.
Las guerras de invierno y las de verano
pretenden amordazar nuestras manos.
Si una vez grabamos, para más gloria,
la placa en nuestra plaza tomada
estamos tardando en forzar otro mayo.
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