Hola, mentecillas inquietas.
Aunque ya parece que lo hemos visto todo en el panorama político, me sigue sorprendiendo que un partido que ha aplicado en el gobierno de un territorio los recortes sociales y económicos más salvajes de toda la historia de la democracia en ese lugar pretenda repetir mayoría absoluta simplemente con la promesa de un cambio de estado y estructura organizativas, las cuales podrían seguramente crear aún más gastos de los que la Generalitat de Cataluña pueda asumir.
Acudir, para tapar una gestión capitalista, burguesa y voraz, al argumento del nacionalismo y la "patria" creo que es jugar con la ilusión de los más incautos y tomar por tontas a todas las demás. Afortunadamente la mayor parte de l@s catalanes/as parecen haberse dado cuenta de que la promesa de una nación catalana independiente por parte de CiU no era más que una cortina de humo para tapar la estafa-crisis y los recortes y le han arrebatado la mayoría absoluta... pero sigue siendo el partido más votado. Al menos ha quedado demostrado que cuando la gente participa y utiliza las armas que tiene a su alcance los monopolios electorales se resquebrajan y la izquierda avanza, a pesar del sistema electoral que nos rige, lo cual ya viene siendo un logro.
El honorable Mas pasará a la historia después de anoche como Artur Menos, y muchas personas nos atrevemos ya a vaticinar que la legislatura que comienza ahora no va a ser ni mucho menos una balsa de aceite y que se hace impensable que en esas condiciones vaya a durar cuatro años.
Y lo que corre por debajo en el cambio de las preferencias de los electores catalanes, al igual que en todo el territorio español y probablemente también en otras partes del mundo, es la realidad. Sí, ese concepto que es más que un concepto, que está alejado en apariencia de encuestas, sondeos, resultados electorales, despachos, parlamentos o cumbres, pero cuyos efectos pueden verse, notarse, olerse, palparse y también se pueden conversar y abrazar.
Con tanta noticia importantísima macro-económica y electoral, es fácil que perdamos la atención en lo que tenemos más cerca. Si miras a tu alrededor seguro que no tienes que rascar mucho con la uña para encontrar a alguien que está a punto de perder cualquier ingreso, que está a punto de ser desahuciado o ya lo ha sido. Que tiene serias dificultades para dar de comer a su familia, que lleva años sin encontrar trabajo, etc. Si además participas en alguna asamblea de barrio/pueblo o de alguna pequeña ciudad, puede que hayas ido a intentar frenar una ejecución hipotecaria, y si vives en Madrid no tienes más que pasarte por la Plaza del Celenque, en la puerta de la central de Bankia, para ver el resultado de todo esto.
Harta de que le engañen, le estafen, le roben y encima le traten por idiota, la ciudadanía sigue reaccionando y exigiendo (proponer ya es cosa del pasado) alternativas humanas y ciudadanas a las políticas abusivas de los bancos y las grandes corporaciones financieras que son canalizadas a través de sus gobiernos-títere. Hace ya un mes que un grupo de afectad@s por la hipoteca decidieron acampar de forma indefinida en la puerta de Bankia para exigir una solución justa a sus problemas, que son los problemas de tod@s, porque mañana puede tocarle a cualquiera. Y ya no es sólo por el egoísmo de que en cualquier momento cualquiera de nosotras pueda verse en la misma situación, sino por una cuestión de conciencia social y conciencia de clase. Lo que está ocurriendo es un desmantelamiento descarado del estado social, y las principales beneficiarias de ese estado que están haciendo desaparecer eran las clases medias y bajas, así que era de esperar que los objetivos de los ataques a ese status fueran l@s ciudadan@s pertenecientes a esas clases, y tenemos que tener claro en qué bando nos encontramos en la guerra mundial económica en la que, queramos o no, estamos embarcad@s. Y luchar es estar en las calles, en las plazas, en las acciones, promover iniciativas, estudiar alternativas y propuestas y apoyar a quienes emprenden una acción en beneficio, no sólo suyo, sino de todo el conjunto de la ciudadanía, y contra los poderes que pretenden pasarnos por encima sin que rechistemos.
Una vuelta de tuerca más en estas batallas contra el neoliberalismo violento es, como indicaba un par de párrafos más arriba, la acampada que mantienen l@s afectad@s por la hipoteca en la puerta de la central de Bankia en Madrid, a escasos metros de otro monstruo capitalista: El Corte Inglés. Y es curioso que, ahora que se acercan las fiestas navideñas (y con ellas el frío para l@s acampad@s), las familias que aún creen no tener mayor problema que alguna dificultad nimia para llegar a fin de mes, lleven a sus hijos e hijas a ese espectáculo dantesco de ilusiones, luces de colores, muñecos mecanizados y nieve artificial que tanto les gusta a los niños y niñas, y al otro lado de la calle tengan que ver cómo les guiña el ojo el posible fantasma de las navidades futuras, como en el cuento de Dickens. Quizá así, al menos, l@s visitantes de Cortilandia tengan a bien cruzar a la otra acera y acercarse a sumar su firma a las más de setecientas mil que ya llevan registradas para promover la ILP de la dación en pago. Porque ya no es que estén pidiendo que no les quiten la vivienda por no poder pagar la hipoteca, sino que al menos ruegan que si eso ocurre se les deba condonar la deuda con la entidad bancaria.
Y mientras, en otros territorios y en otras esferas, muchos seguirán y seguiremos con otras luchas en distintos frentes como movilizaciones, derechos laborales, sociales, civiles y culturales, profundas transformaciones electorales, luchas sindicales o asindicales por la dignidad de la clase obrera y los más desfavorecidos y, por supuesto, apoyando acciones e iniciativas como las de la PAH y l@s afectad@s por la hipoteca con esta acampada, las ocupaciones de sucursales bancarias, y la ocupación de viviendas vacías y olvidadas para sacarles de las garras de la calle y, de paso, desafiar al sistema del planeta de los recortes. Mirando frente a frente a la malvada bruja del país de Recortilandia.
Salu2.
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