LITERALIA

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

lunes, 5 de noviembre de 2012

MADRID, ARENA Y HUMO

Hola, mentecillas inquietas.

   En la larga lucha que nos toca librar estos días, los ánimos deben estar altos en todos los frentes de combate, en las calles, en la trinchera, en los centros de trabajo, sobre los escenarios (reitero: centros de trabajo), en las casas, en las conciencias, etc. La estrategia de la desmoralización y su desmovilización subsidiaria no puede ganar la batalla a la razón, las ganas y las energías que constituyen hasta ahora nuestras armas. 

   Ya no se nos hace extraño, desde un tiempo a esta parte, escuchar una conversación sobre la situación política y social actual, debates espontáneos en el metro, en la calle, en el trabajo (quien tenga la "suerte" de conservar uno), llegar a casa un día más de vuelta de una movilización, quizá por tercera vez en la misma semana... Esto es fácilmente confundible con desgaste y hastío, pero si conseguimos revertir el sentido y el significado de los hechos, puede significar más energía, movimiento, acción, cada vez menos estancamiento, conciencia colectiva, solidaridad y mucho más allá. 

   El acto del cinco de noviembre convocado por el movimiento ciudadano por la cultura #nosincultura estuvo respaldado física y presencialmente por medio millar de personas en la Plaza de Santa Ana de Madrid, y también en "Las Setas" en Sevilla. Como nos enseñó Einstein, todo es relativo. Lo es el hecho de que supongamos que quinientas personas concentradas en una ciudad como Madrid (cuatro millones de habitantes) sea un fracaso; pero por otra parte, si relativizamos lo suficiente, lo que se ha podido vivir, sentir y respirar en esa plaza es todo un éxito. Es el comienzo (una vez más) de una andadura que sabemos que no será fácil, pero en la que los profesionales de la cultura ponemos todas nuestras esperanzas y nuestras fuerzas. Inmersos en estas energías y sinergias, somos además conscientes de que las luchas de cada colectivo son a la vez las luchas de toda la ciudadanía, porque tejemos redes, y de que no es casual que la concentración acabase en una manifestación espontánea de decenas de personas hasta la acampada que lleva ya quince días, veinticuatro horas al día, en la sede de Bankia protestando contra las ejecuciones hipotecarias y recogiendo firmas para una ILP que legisle una dación en pago. 

   Y también era de esperar, y no debe pesarnos, que el poder y los medios de comunicación y manipulación a su servicio se basen, o bien en el silencio o bien en la neolengua para anular todo esto. Lo que más bien nos sorprendería hasta el nivel del mosqueo es que desde sus atalayas de intocables nobles investidos por la corona de una mayoría absoluta ilegítima, autoritaria y déspota, diesen algún tipo de crédito a las muestras constantes de hartazgo para con la situación y el sistema. Lejos de ello, como era de esperar, utilizan constantes desviaciones de atención, falsos golpes de pecho, tímidos mea culpa en asuntos con gran trascendencia pero iguales en carga trágica a otras situaciones que son silenciadas o dadas la vuelta. Y hemos tenido en los últimos días una muestra clara, clamorosa, dramática y dolorosa de ello. Al ser este un espacio de análisis semanal de la sociedad, la cultura y la política, no podemos dejar hoy de mencionar a este respecto el desastre del Madrid Arena. Los hechos objetivos y demostrables dejan un mapa cristalino de la realidad. Se organiza una macrofiesta en una sala bajo administración municipal que no tiene licencia, se monta un dispositivo de seguridad privada apoyado con agentes de la policía municipal y nacional, existe controversia sobre la superación del aforo permitido con respecto al número de entradas VENDIDAS (dinero), ocurre un incidente en el interior que debía haber sido detectado a tiempo en los controles de acceso, este incidente provoca una situación que deriva en múltiples heridos y CUATRO MUERTES, una de las muertas es una menor de edad, la gente se cabrea, la responsabilidad se diluye, la ciudadanía lanza el balón a la Delegación de Gobierno, ésta a la empresa organizadora, ésta al ayuntamiento, éste a la empresa organizadora, ésta de nuevo al consistorio, éste a su vez a la propia ciudadanía (estupefacta y casi en estado de shock), y finalmente acaban por concluir que la solución no se sabe cuál es, pero que por lo pronto prohíben ¿El qué? Pues algo, no sé. Por ejemplo que no se hagan más fiestas ni actos "similares" (sin aclarar cuáles toman como tales), porque algo habrá que hacer, en lugar de asumir responsabilidades. Y esa ha sido la cronología de una tragedia. Y las chicas siguen muertas, y de nuevo se levanta una cortina de humo entorno al verdadero problema subyacente, que es el hecho de que ha sido la codicia monetaria la culpable, pero como a esa no se la puede encarcelar, deben depurarse responsabilidades humanas y no divinas (por mucho que le guste a este gobierno lo divino y místico y las mantillas y velos en las visitas a la Santa Sede) y actuar en consecuencia, de oficio y con la mayor brevedad y contundencia. O como se conoce popularmente (popular de pueblo y no de populismo), rodar cabezas. Porque el pago de responsabilidades penales de los culpables  no va a devolver a la vida a nuestras cuatro compañeras, víctimas del sistema capitalista (¿exagerado? ¿tú crees?), pero tampoco lo harán los balones fuera, las cortinas de humo y las ruedas de prensa sin maquillar, y esto último nos deja mucho más intranquilos. Como se está oyendo mucho últimamente, la botella, al contenedor... antes de que otra señora bienpensante y decente decida también exhortar a cierto ministro de pocos escrúpulos a modular también cierto derecho a la inmunidad consistorial, unida a la aberrante inmunidad real y la escandalosa inmunidad parlamentaria. Y entonces aquí ya se puede seguir matando impunemente, pero sólo los de siempre. Y cuidado, que esta vez ya no llevan ni sotana ni camisas azules ni pardas, pero cada viernes parecen querer darnos el paseíllo a todos con su genocidio sistemático maquillado de ajustes.

ASCO Y RABIA. Pues nada, a transformar energías y aprovechar sinergias.

 Salu2.

No hay comentarios:

Publicar un comentario